Observaciónde Júpiter la noche del 2 al 3 de Abril de 2015

Estas pasadas vacaciones pude por fin dejar atrás las nubes y llevarme el telescopio a unos cielos limpios en La Alcarria (Guadalajara). Había muchas ganas de observar puesto que entre borrascas, nevadas y temas personales, no había podido poner el ojo en el ocular desde comienzos de febrero. Pues bien, la noche del jueves al viernes monté mi refractor en un camino que ofrecía un impresionante horizonte plano y despejado, típico de la meseta castellana.

Dado que la Luna estaba casi llena, iluminada al 98%, poco más se podía hacer que observar alguna estrella doble brillante (por ejemplo Castor en Gemini y Algieba en Leo me parecieron preciosas, y muy fáciles!), el planeta Júpiter y la propia Luna. Así que después de dedicarle un buen rato al terminador lunar en la zona del cráter Grimaldi, lo cual relataré en la próxima entrega de “Observando la Luna”, dirigí el telescopio a Júpiter. Lo primero que llama la atención nada más poner el ojo en el ocular es lo estable que está la atmósfera esa noche, y eso a pesar de la entrada de nubes altas a medida que avanza la madrugada que finalmente terminarían por difuminar los detalles, pero hasta la 01:00 am aguantó perfectamente, con un seeing de 4 en una escala de 1-5. La humedad? INEXISTENTE. Lo pongo en mayúsculas porque para los que vivimos en Vitoria, y en general en la zona norte, es algo muy de agradecer. De hecho, por un despiste me dejé el parasol sin poner durante 2 horas y la lente se mantuvo seca, cosa impensable por aquí…

Bueno, visto lo estable de la atmósfera, me froto las manos y le calzo al telescopio el ocular BST-ED de 3.2 mm que en mi refractor me ofrece 281x. Enfoco…..mmmmmm….una imagen muy digna para usar este aumento en un acromático de 152 mm a F6!!! Después de disfrutar un buen rato sacando detalles en las bandas nubosas de Júpiter noto que tengo la vista muy cansada, me imagino que las cuatro horas y media de viaje hasta aquí me están pasando factura, pero me propongo no darme por vencido ahora que puedo disfrutar de un cielo despejado, así que quito el ocular y lo cambio por el binoview lo cual siempre es más relajado para la vista. Le monto dos oculares BST-ED de 8 mm más el glasspath y el filtro semiapo, lo cual supera ligeramente los aumentos que tenía anteriormente: 293x, sin embargo la visión es muy similar, y el efecto 3D y la comodidad de observar con los dos ojos compensa.

Después de seguir un rato con esta configuración me decido a hacer un dibujo de Júpiter ya que se podían apreciar unos cuantos detalles curiosos. Empecé con las dos bandas principales: las bandas ecuatoriales norte y sur. Consigo apreciar ciertas irregularidades en la banda norte pero prefiero centrarme en trazar todas las bandas visibles y más tarde plasmar los pequeños detalles. Continúo con la mitad norte del planeta, en la que observo algo curioso, la banda templada norte no me parece paralela al resto, sino que la veo muy ligeramente inclinada hasta converger con la denominada banda templada norte-norte, y finalmente dibujo la región polar norte. La verdad es que cuesta captar estos detalles puesto que son características de muy bajo contraste, pero una observación prolongada ayuda a ir sacando poco a poco estos sutiles detalles que progresivamente se van sumando. La mitad sur, en cambio, me parece algo más monótona y no consigo separar la banda templada sur de la región polar sur, mostrando ambas un color marrón muy pálido. Ahora sí, una vez tengo una imagen global de las bandas nubosas del planeta, me centro en las dos más llamativas: las bandas ecuatoriales. Muestran como siempre un color marrón intenso y aunque a primera vista parece que no voy a obtener más información, a medida que sumo minutos de observación empiezo a atisbar irregularidades, sobretodo en la norte, en la cual observo sin lugar a dudas una cuña de color crema en la zona oeste, que parte la banda nubosa en dos. A partir de esta cuña y hacia el este la zona basal de la banda parece más oscura que el resto, mostrando un color marrón fuerte, muy llamativo. Por momentos me parece que en el límite entre esta banda ecuatorial norte y la banda templada norte se vislumbra un “parche” en forma de óvalo, de un tono blanquecino brillante que destaca muy ligeramente sobre el crema pálido del fondo. Sin embargo son sensaciones muy momentáneas que no doy por fiables al 100% hasta que, como explicaré más adelante, vi una foto de un aficionado unos días después. Respecto a la banda ecuatorial sur, nada reseñable a excepción de un tramo que me pareció de un color más intenso que el resto.

Este es el dibujo que salió después de una hora de observación continuada:

La observación de este tipo de detalles en Júpiter siempre me ha parecido complicada con telescopios de poca abertura, y muy tendente a la autosugestión por el bajo contraste que muestran la mayoría de ellos, por eso tengo la costumbre de comparar los dibujos que hago con fotografías reales de aficionados que me permiten confirmar las características que he trazado con el lápiz. En este caso he utilizado una estupenda fotografía realizada por un nuevo amigo de LaOtraMitad, Jordi Delpeix Borrel, desde L’Ametlla del Vallès (Barcelona), cuya utilización nos ha cedido muy amablemente para la redacción de este artículo. Destaco también una web muy interesante en la que se recoge una actualización diaria de fotografías planetarias hechas por aficionados: http://www.arksky.org/alpo/alpoimglib.htm

La imagen está invertida verticalmente respecto a mi dibujo pero como podéis ver, se aprecia esa especie de cuña de color claro que desdobla la BEN, así como lo que parecen los inicios de un óvalo blanquecino en la misma banda lo que confirma la observación que hice y de la que no estaba seguro en su momento. Aquí pongo una comparación con el dibujo y la foto orientados de la misma manera:

Finalmente a la 01:00 de la madrugada las nubes altas se hicieron progresivamente más compactas haciendo que los detalles se fueran difuminando, así que decidí recoger todos los trastos pero me fui a dormir con un muy buen sabor de boca.

David Sedano