Nebulosas

Las nebulosas son regiones del medio interestelar constituidas por gases (principalmente hidrógeno y helio) y polvo. Tienen una importancia cosmológica notable porque muchas de ellas son los lugares donde nacen las estrellas por fenómenos de condensación y agregación de la materia; en otras ocasiones se trata de los restos de estrellas ya extintas.

Las hay brillantes y oscuras, aunque normalmente suelen ser combinaciones de ambas. Las estrellas nacen nutriéndose de estas nebulosas y lo suelen hacer en agrupaciones de estrellas, por lo que es habitual encontrar nebulosas y cúmulos de estrellas juntos.

Nebulosa de la Medusa

Las nebulosas son sobre todo objetos fotográficos, ya que a través de un telescopio no muestran ni su tamaño ni sus colores característicos. Para muchas personas supone una decepción contemplarlas por primera vez, sobre todo cuando se ha visto antes una foto… también hay excepciones como M42, la gran nebulosa de Orión, que se ve a simple vista como una manchita blanquecina.

Nebulosas de Emisión

Una nebulosa de emisión es una nebulosa que emite gracias a la ionización del gas que la compone. El mecanismo más común es la presencia cercana de una o varias estrellas calientes; la energía recibida de la estrella se difunde en forma de radiación, con un espectro marcado por líneas brillantes del hidrógeno.

El color rojo característico de muchas de estas nebulosas es debido, justamente, a la línea H-alfa del hidrógeno. Un ejemplo de nebulosa de emisión es la famosa Nebulosa de Orión (M42), ubicada a unos 1.300 años luz del Sol), formada por gases que rodean a una estrella múltiple (el asterismo conocido como el Trapecio) y se excitan con la energía de ésta.

Gran nebulosa de Orión M42 y Trapecio de M42
Muchas nebulosas de emisión aparecen mezcladas con nebulosas de relexión y oscuras, como en el caso de M42, la nebulosa Cocoon, la del Águila…
Nebulosa Cocoon y Nebulosa del Águila M16
Nebulosa del Pelícano
Nebulosa de la Roseta
Nebulosa California
Nebulosa de la Estrella Llameante

Nebulosas de Reflexión

Una nebulosa de reflexión, como su propio nombre lo indica, es una nube de polvo que refleja la energía procedente de una o más estrellas cercanas. Esta energía es insuficiente para ionizar el gas, pero sí alcanza para que la dispersión de la luz pueda revelarlo. Como es luz reflejada, el espectro de la nebulosa es similar al de las estrellas iluminantes.

Como cualquier nebulosa, se compone de gas, sobre todo hidrógeno y polvo. Contiene también elementos más pesados como oxígeno, silicio y carbono. Las nebulosas de reflexión son usualmente azules porque la dispersión es más eficiente para la luz azul que para la roja (es la misma razón que explica el color del cielo).

Nebulosa Trífida

Un ejemplo de este tipo de nebulosas lo constituye la que rodea al cúmulo abierto Pléyades (M45), en Taurus, sobre el que basó sus estudios Vesto M. Slipher en 1912, cuando comprobó que el espectro de la nebulosa de las Pléyades coincidía con el de sus estrellas, en lo que fue la primera demostración de la naturaleza de las nebulosas de reflexión.

Pléyades

Nebulosas Oscuras

Una nebulosa oscura (también llamada nebulosa de absorción), es una acumulación de gas o polvo interestelar no relacionada con ninguna estrella o alejada de éstas, de tal forma que no recibe su energía, por lo que su presencia sólo es advertida por contraste con un fondo estelar poblado más alejado que la nebulosa.

Son las causantes de que en la periferia de la nebulosa las estrellas que se localizan por detrás de ella aparezcan atenuadas y enrojecidas a causa de la absorción de parte de la luz por el material de la nube.

Se puede apreciar cómo en una noche oscura y sin Luna la Vía Láctea se encuentra interrumpida por secciones oscuras, parecidas a manchas en el cielo. Esto es producto de las nubes oscuras que se interponen entre el Sol y parte de nuestra Galaxia. Este tipo de nubes también fueron encontradas en otras galaxias y cúmulos globulares.

Centro de nuestra galaxia la Vía Láctea
Algunas de las de nuestra Galaxia son distinguibles perfectamente, como la llamada Saco de Carbón, al este de la Cruz del Sur, donde se aprecia claramente una zona relativamente despoblada de estrellas. Otro ejemplo harto conocido es la famosa Cabeza de Caballo, una nebulosa asequible a telescopios de más de 40cm de diámetro y ubicada en las cercanías del cinturón de Orión.
Estudiadas en infrarrojo, algunas de ellas muestran estrellas en formación en su interior.

Nebulosa Cabeza de Caballo

NGC 6520 Nebulosa de la Serpiente

Nebulosidades en M24 Nebulosa b90

Nebulosas Planetarias

Una nebulosa planetaria es una nebulosa de emisión consistente en una envoltura brillante en expansión de plasma y gas ionizado, expulsado durante la fase que atraviesan las estrellas gigantes rojas en los últimos momentos de sus vidas.

El nombre se debe a que sus descubridores, en el siglo XVIII, observaron que su apariencia era similar a los planetas gigantes vistos a través de los telescopios ópticos de la época, aunque realmente no tienen ninguna relación con los planetas. Se trata de un fenómeno relativamente breve en términos astronómicos, que dura del orden de las decenas de miles de años (el tiempo de vida de una estrella común ronda los mil millones de años).

Al final de la vida de las estrellas que alcanzan la fase de gigante roja, las capas exteriores de la estrella son expelidas debido a pulsaciones y a intensos vientos estelares. En ausencia de estas capas, subsiste un pequeño núcleo de la estrella, el cual se encuentra a una gran temperatura y brilla de manera intensa. La radiación ultravioleta emitida por este núcleo ioniza las capas externas que la estrella había expulsado.

Las nebulosas planetarias son objetos de gran importancia en astronomía, debido a que desempeñan un papel crucial en la evolución química de las galaxias, devolviendo al medio interestelar metales pesados y otros productos de la nucleosíntesis de las estrellas (como carbono, nitrógeno, oxígeno y calcio).

Nebulosa Helix y Nebulosa de la Pesas

Remanentes de Supernova

Un resto de supernova o remanente de supernova es la estructura nebulosa que resulta de la gigantesca explosión de una estrella como supernova. El resto de supernova está rodeado por una onda de choque en expansión que se conforma del material eyectado por la explosión y de material interestelar barrido y arrastrado durante el proceso. Estas explosiones siembran el medio interestelar de elementos pesados como el plomo, el oro o el uranio.
Un ejemplo son las nebulosidades en la zona del Cisne, restos de una supernova que explotó hace unos 10.000 años.
Nebulosa del Velo  y Nebulosa de los Encajes

Nebulosas Wolf-Rayet

Son nebulosas producidas por estrellas de tipo Wolf-Rayet. Estas estrellas son gigantes azules, un tipo no muy habitual de estrellas. Tienen masas muy elevadas y están condenadas a convertirse en supernovas. Emiten vientos estelares con velocidades superiores al millón de kilómetros por hora. Cuando interactúan con el medio circundante se produce una onda de choque formando burbujas.

Nebulosa de la Burbuja

Casco de Thor y Nebulosa Creciente

Glóbulos de Bok

Los glóbulos de Bok son condensaciones nebulares destinadas a crear sistemas solares. A pesar de encontrarse en zonas donde hay radiación intensa empiezan a ser estructuras estables que con el tiempo engendrarán una o varias estrellas. Tienen masas de hasta centenares de veces la del sol.

Nebulosa de la Laguna M8

Nebulosas de flujo integrado

Las nebulosas de flujo integrado son una categoría un tanto diferente entre las nebulosas de reflexión. Mientras que las más comunes consisten en polvo interestelar que brilla reflejando la luz de una estrella o de un cúmulo de estrellas, las de flujo integrado (conocidas por sus siglas en inglés: IFN) son nubes de polvo que se encuentran fuera de nuestra galaxia, aunque cercanas a ella, y que brillan al reflejar la luz de TODA la Vía Láctea en su conjunto.

Son nebulosas extremadamente débiles y captarlas en fotografía es complicado.

En esta imagen tenemos, por lo tanto, tres planos: El más cercano constituido por todas las estrellas visibles en la imagen que son estrellas de nuestra propia galaxia y probablemente relativamente cercanas a nosotros. Un segundo plano formado por las nubes de polvo fuera de nuestra galaxia reflejando la luz del conjunto de la vía láctea. Y un tercer plano que corresponde a las diferentes galaxias que se pueden apreciar en la imagen. Entre ellas las conocidas M81 y M82 que se encuentran a unos 12 millones de años-luz.En la imagen también se pueden apreciar al menos 10 o 12 galaxias más.

Definitivamente, el cielo no es negro. Está lleno de telarañas….