Observando la Luna: Rima Hyginus y Rima Ariadaeus

EL cuarto creciente lunar ofrece muchas posibilidades de observación al astrónomo aficionado. En esta ocasión me he centrado en la zona de Rima Hyginus y Rima Ariadaeus sobre la cual realicé una observación recientemente con el ED-80. Estas dos formaciones no entran dentro del grupo de características lunares de las que llaman la atención nada más poner el ojo en el ocular, sino que hay que trabajárselo un poco y aguzar la vista hasta encontrarlas, eso sí, no es nada complicado. Esta búsqueda hace que, una vez que las identificamos, la observación tenga un valor añadido.

Como siempre utilicé mi configuración habitual para observaciones lunares: binoview + 2 Baader Orthos 10 mm + barlow 2,6x. Una vez centradas las dos Rimas en el campo del ocular a 180x, llama poderosamente la atención la Rima Hyginus, mucho más marcada y evidente que la Rima Ariadaeus. En la Figura 1, que corresponde a un mosaico realizado por Julio con el telescopio de 16” del observatorio de Borobia, se puede apreciar la localización de estas dos Rimas. Estas estructuras denominadas “Rimas” consisten en surcos que cruzan la superficie lunar.

 

Figura 1: Localización de Rima Hyginus y Rima Ariadaeus.

Lo primero que llama la atención al observar ambos surcos es lo lineal que resultan ambas formaciones. Esto nos da la primera pista sobre su formación. Estos hundimientos del terreno son lo que en el planeta Tierra denominamos “graben” y cuyo origen se relaciona con un hundimiento del terreno a favor de dos fallas opuestas de grandes dimensiones.

Figura 2: Esquema explicativo de la formación de un “graben”

Rima Ariadaeus tiene 250 km de longitud y 500 m de profundidad. El hecho de que afecte y atraviese varias formaciones lunares a lo largo de su recorrido nos indica que es un rasgo cuya formación es relativamente reciente.

 

Figura 2: Imagen de Rima Ariadaeus tomada por el Apolo X.

Si Rima Ariadaeus nos ha resultado curioso, Rima Hyginus nos puede dejar con la boca abierta…Utilizando un sencillo ED-80 en noches con buen seeing es posible apreciar una serie de cráteres situados a lo largo del recorrido de la Rima. El que resulta más evidente es el cráter Hyginus que separa la Rima en dos trazos de longitud similar. A partir de este punto y hacia el noreste se suceden una serie de pequeños cráteres perfectamente alineados, muchos de los cuales pueden observarse con pequeños telescopios de aficionado. Una vez que detectamos esta sucesión de cráteres no podemos evitar pensar que el origen de estas formaciones no puede ser el típico impacto meteorítico. El origen tanto de la rima como de los pequeños cráteres que se encajan en su recorrido es volcánico, concretamente su formación está relacionada con la intrusión de un dique volcánico cerca de la superficie lunar. Un dique es una estructura volcánica intrusiva que atraviesa el subsuelo en forma de lámina. Este dique provocó la formación del graben de Rima Hyginus así como la generación de calderas volcánicas a lo largo de su recorrido que, tras su vaciado y desgasificación, sufrieron un hundimiento formando los cráteres alineados que podemos observar a través del telescopio.

 

 

Figura 3. Izquierda: Imagen de Rima Hyginus tomada por el LROC (Lunar Reconnaissance Orbiter Camera). Derecha: Croquis explicativo de la formación de los cráteres que pueden observarse a lo largo de Rima Hyginus (Fuente: www.enciclopedia.us.es).

La observación de la Luna con un telescopio siempre resulta ser una experiencia increíble, pero si indagamos un poco más sobre los cráteres, mares y demás formaciones conseguiremos ver la Luna, no como ese cuerpo frío e inmóvil que orbita alrededor nuestro, sino como un miembro más de nuestro sistema solar que en su día tuvo una convulsa y a la vez interesante historia que contarnos.

David Sedano