Luna de 6 días (Capella, Janssen y Posidonius)

Luna de 6 días (Capella, Janssen y Posidonius).
6 de Marzo de 2014

Después de mucho tiempo de nubes, borrascas, ciclogénesis explosivas y otros factores meteorológicos, por fin el cielo se dignó a despejar en esta húmeda ciudad llamada Vitoria-Gasteiz. Asomé con estupefacción mi cabeza por la ventana y para mi asombro, una espléndida Luna de 6 días se encontraba a tiro para mi nuevo telescopio refractor de 150 mm a f 5,9. No lo dudé un instante y monté todo lo rápido que pude todo el tinglado, y es que cualquier astrónomo aficionado de este rincón del planeta entenderá perfectamente mis prisas dados los antecedentes de nubes que aparecen inesperadamente en nuestros vascos cielos. Pero no, no era una noche habitual, se mantuvo despejado. Pues bien, comencé la sesión de observación utilizando mi binoview + oculares de 19 mm + 2,6x glasspath lo que me ofrecía 123 aumentos que enmarcaban completamente la Luna.

Mi costumbre antes de entrar en harina es hacer un repaso general a bajos aumentos de los principales detalles lunares para posteriormente centrarme en aquellos que me hayan llamado la atención por su singularidad. En esta ocasión los accidentes lunares seleccionados fueron los cráteres Capella, Janssen y Posidonius. Para poder ilustrar este artículo y situar estos cráteres tomé la siguiente imagen que es el resultado de apilar 5 fotografías tomadas con la Canon 1000D a foco primario del telescopio e incorporando una Barlow 2x.

 

 

Una vez elegidos los objetivos de la noche, le calcé 330 aumentos al telescopio para no dejarme ni un detalle por observar:

Cráter Capella

Se trata de un pequeño cráter ubicado en el margen norte del Mare Nectaris. Junto con el cráter Isidorus, muy similar en tamaño, forma una pareja peculiar que recuerdan a un par de ojos mirándote fijamente. Capella se caracteriza por presentar unas paredes bien definidas pero no muy escarpadas, y un evidente pico central. Sería uno de esos cráteres que simplemente pasan desapercibidos si no fuera por una estructura denominada Vallis Capella, la cual forma un surco que rompe el cráter en dirección NW-SE. Lo más curioso de este valle es que parece desgarrar el cráter Capella lateralmente haciendo que parezca que el margen norte del cráter haya deslizado hacia el sureste, como si fuera una especie de falla de San Andrés en la Luna. Sin embargo simplemente se trata de un efecto óptico ya que dicho valle está formado por una cadena de cráteres alineados, y por otro lado cabe señalar que en la Luna no se ha dado una tectónica de placas que permitiera la formación de fallas de desgarre como pasa habitualmente en la Tierra. En la siguiente imagen se puede ver una imagen de alta resolución tomada por la misión Apolo 16.

 

 

Cráter Janssen

Sólo puedo describirlo como “enorme y antiguo”. Me encanta este tipo de cráteres tan machacados, me recuerda lo convulsa que ha sido la historia de nuestro satélite. Se trata de un cráter situado en las highland, cerca del polo sur lunar, de casi 200 km de diámetro. Lo que me llama la atención de Janssen es lo irregular del fondo del cráter, sobretodo en su mitad norte que, con la iluminación que muestra hoy, hace que se formen sombras irregulares dándole un aspecto un poco caótico. Este desorden es el fruto del impacto que produjo el cráter Fabricius, ubicado en el borde noreste de Janssen, lo que produjo el desalojo y posterior depósito por gravedad de los materiales originales que formaban la pared de Janssen, dejando una superficie sembrada de grandes bloques de roca.
Otra característica peculiar de Janssen es la Rima Janssen. Se trata de un gran surco que cruza el fondo de Janssen desde el cráter Fabricius hasta el extremo suroeste bordeando el centro del cráter. Con el refractor de 152 mm me ha sido posible ver dicha Rima y seguirla prácticamente en todo su recorrido aunque he de reconocer que la mitad sur de la Rima es difícil de ver si no se sabe de antemano que está ahí además de que el seeing de hoy no ayudaba demasiado.

A continuación se muestra una fotografía de alta resolución tomada por la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter en la que se observa toda esta zona y en la que se puede apreciar la complejidad de la Rima Janssen.

 

 

Cráter Posidonius

Sin lugar a dudas uno de mis preferidos y un broche de lujo para terminar una sesión de observación lunar. Se trata de un cráter del tipo denominado “de suelo fracturado” (cráter tipo FFC-Floor Fractured Craters). El porqué de esta denominación se debe a las múltiples fracturas que cruzan el fondo de Posidonius.

En cuanto a la observación de este cráter comencé con un seeing bastante mediocre que tan solo me permitía observar algunos detalles generales del mismo. Podía apreciar el fondo plano del cráter excepto en su extremo suroeste en el que el suelo muestra un aspecto de estar levantado, como si se hubiera inclinado con respecto al resto del fondo. En esas condiciones no me era posible distinguir ninguna característica más allá de las paredes del propio Posidonius y de los pequeños cráteres que se encuentran tanto en su interior como en el entorno. Estaba a punto de darme por vencido cuando de repente la visión mejoró durante apenas un segundo o dos y fue como si hubieran quitado un velo en el objetivo de mi telescopio. El seeing mejoraba por momentos y cada vez conseguía captar más detalles, entre ellos, una serie de colinas que se distribuyen en la zona central del cráter, una gran fractura que comienza en el borde suroeste y se cierra sobre sí misma en forma de U englobando las mencionadas colinas, y el Rima Posidonius: un espectacular surco que cruza el fondo del cráter por su extremo este en dirección N-S.

El juego de sombras que creaban las paredes, los surcos, las pequeñas colinas y los cráteres que acompañan a Posidonius producía una imagen digna de recordar y por ello al día siguiente, aprovechando una nueva noche despejada, me propuse hacer un dibujo que plasmara todo lo observado. A pesar de que el cráter se encontraba un poco más iluminado y las sombras ya no eran tan marcadas, la vista al telescopio seguía siendo muy atractiva. La realización de este dibujo me ha permitido adentrarme en un campo completamente desconocido para mí, el dibujo lunar. A modo de comentario decir que al principio me pareció muy complicado darle realismo a un dibujo lunar a base de lápiz y goma, pero tras consultar varios tutoriales en Internet he conseguido hacer el dibujo que muestro a continuación. No lo considero ninguna maravilla pero sí que me ha quedado buen sabor de boca.

 

 

Durante los días siguientes me dediqué a buscar información acerca del origen de estos curiosos cráteres ya que me resultaba bastante extraño el patrón de fracturas que se desarrollan en su interior y que no llegan a cruzar sus paredes, es decir que la causa de esta fracturación debía estar muy localizada bajo el subsuelo del cráter. Pues bien, encontré un documento muy interesante titulado “Lunar floor-fractured craters: models of sill intrusion and prediction of associated gravity anomalies” de Lauren Jozwiak y James Head (Department of Geological Sciences, Brown University, USA) en el que se propone un modelo bastante consistente que propone una intrusión magmática que se produce bajo este tipo de cráteres y que no llega a alcanzar la superficie (lo que se conoce en términos geológicos como sill o lacolito) la cual puede llegar a abombar y fracturar el suelo del cráter.

 

 

Figura extraída del documento “Lunar floor-fractured craters: models of sill intrusion and prediction of associated gravity anomalies” de Lauren Jozwiak y James Head.

Para acabar la sesión de observación lunar, me dí un relajante paseo a través del terminador fijándome en los cráteres que estaban empezando a ser iluminados por el sol. Entre todos los que vi, el más espectacular con diferencia fue el cráter Theophilus cuyo imponente pico central se encontraba a oscuras al comienzo de la noche y que era finamente iluminado sobre la oscuridad del fondo del cráter cuando acabé la sesión.

La última imagen que se me quedó grabada fue la de los cráteres Atlas y Hércules, ubicados en el extremo norte lunar. Lo que me gusta de este par de cráteres es que su imponente relieve, junto con su localización y la perspectiva que ésta produce, a mí personalmente me da la sensación de estar en una sonda orbitando alrededor de la Luna. Y con esa sensación de flotar en el espacio terminé la sesión de observación, siendo una de esas noches en las que te vas a dormir con una sonrisa después de haber disfrutado como un niño con tu afición favorita.

David Sedano