27 de febrero Cascada de Gujuli

Llevaba ya tiempo con la idea de sacar alguna fotografía nocturna a la cascada de Gujuli. La orientación del salto es la perfecta para hacerlo con la luna llena.

Ayer al final se nubló por lo que mi fuente de iluminación natural fallaba. Hoy sabía que no lo iba a tener fácil por la cantidad de nieve y el hielo; pero las previsiones eran o hoy, o para el mes que viene sin nieve. Después de repetir muchas veces en casa que tendría cuidado y que si no lo veía bien me volvería, salí a la caza.

La carretera de acceso al mirador era impracticable, por no decir imposible, ya que había que franquear primero los 60cm de nieve acumulada a lo largo de toda la carretera, por lo que me dirigí al pueblo para acceder desde el lado opuesto. Por suerte pude aparcar en la entrada de un baserri. Primero fui a echar un vistazo sin el equipo para ver realmente cómo estaba. Había un surco hecho por los visitantes diurnos.

Las vistas eran espectaculares. Imagínate multiplicar las sensaciones con la luz de la luna llena y la soledad. Mirases donde mirases había una foto.

Cuando terminé de hacer esta fotografía recibo una llamada de SOS Deiak. Resulta que algún vecino había visto un coche a deshoras en el pueblo y estaban preocupados por mí. Les confirmo que estoy haciendo fotos. Mi teléfono móvil lo habían conseguido llamando a mi casa… os podéis imaginar el susto de mi pareja.

Después de convencer a Mila que sería buena idea que se volviese a tragar el corazón, sigo con el trabajo. Como os decía los 360º eran fotogénicos… de echo ni me moví.

Cuando prácticamente iba a marcharme porque la luna se empezaba a nublar, recibo otra vez la llamada de SOS Deiak, pidiéndome que fuera al encuentro de una patrulla de la Ertzaintza que estaba en el pueblo, porque estaban preocupados por mí. En 5 minutos me presento y me encuentro con tres patrullas que me andaban buscando. Nos teníais que haber visto. Fueron muy amables. Realmente estaban preocupados por mi integridad física y cuando comprobaron que estaba bien, coincidimos que era una historia curiosa para contarla.

Normalmente suelo ser muy sigiloso cuando salgo a hacer fotografías nocturnas, pero en esta ocasión me ha delatado el coche… si es que tenía que haber seguido mi instinto y hacer puesto una nota en el salpicadero del coche. De todas formas quiero agradecer a la persona del pueblo que realizó la llamada su preocupación, y a mis rescatadores su diligencia.

Un saludo

Julio Corredera