A pesar de que la observación lunar es una de las cosas que más me gustan de esta afición, desde mi lugar habitual de observación planetaria me encuentro un poco limitado a la hora de observar al anochecer todas las fases del ciclo lunar desde la luna nueva, pasando por luna creciente y hasta la luna llena. El hecho es que el observar desde una ventana de mi domicilio me limita en gran medida dada la orientación de mi casa (orientación sur-suroeste), de manera que en el 90% de las ocasiones que se me presentan me tengo que “conformar” con una luna en cuarto creciente. Por ello siempre le tengo muchas ganas a las formaciones lunares que pueden observarse cerca del plenilunio. Por suerte, en los meses de verano en los que la luna se encuentra más baja en el horizonte en dicha fase, se me suelen presentar algunas oportunidades para montar el telescopio y observar. Este fue el caso de los días 5 y 6 de septiembre, en los que me propuse observar “cosas nuevas” entre ellas el Rimae Hippalus y la formación Reiner Gamma.
Localización de Rimae Hippalus y Reiner Gamma. Fotografía genial de nuestro compañero
Julio Corredera.
El equipo utilizado fue el habitual: refractor acromático de 152 mm y relación focal F6, equipado con binoviewer, oculares BCO de 10 mm y glasspath/barlow de diferente magnificación, lo que me permitía moverme en aumentos máximos comprendidos entre los 240x y los 330x. A pesar de que el tiempo estos días estaba ligeramente tormentoso por las elevadas temperaturas que se alcanzan de día, pude comprobar que el seeing no estaba del todo mal, estimo que entre 2 y 3 en la escala de Antoniadi. Como siempre, lo primero que hago es sobrevolar el terminador disfrutando de la vista de esta fase lunar (luna de 11-12 días) que tan pocas veces al año consigo ver. Me recreo un buen rato en el cráter Gassendi, uno de esos cráteres de suelo fracturado de los que hablé en la entrega anterior de “Observando la Luna”, con su red de grietas surcando el fondo. Por supuesto los cráteres Copérnico y Eratóstenes llaman la atención de cualquiera por su impactante relieve, sobretodo en el caso del primero.
Equipo utilizado para la observación
La noche del viernes decidí centrarme en el Rimae Hippalus. Se trata de una serie de rimas o surcos, localizados en el borde exterior del Mare Humorum. La característica que hace especial este accidente lunar es que está formado por al menos tres surcos paralelos entre sí y concéntricos respecto al centro del mencionado Mare Humorum. Con mi telescopio se podía apreciar con facilidad el surco de mayores dimensiones, el que cruza el cráter del mismo nombre, presentando mayor dificultad los otros dos que requerían momentos de calma atmosférica para poder diferenciarlos sin lugar a dudas. Siempre me parece una gozada observar este tipo de rimas que parecen hilos sobre la superficie lunar. En este video se muestra una espectacular secuencia de imágenes tomadas por la sonda Kaguya sobrevolando la zona:
Parece ser que la formación de este sistema concéntrico de rimas está relacionada con la expulsión de las coladas de lava que inundaron la llanura de la cuenca de impacto que hoy llamamos Mare Humorun, de forma que el gran peso soportado por la corteza en esta zona hizo colapsar parcialmente los exteriores de dicha cuenca formándose esta serie de fracturas concéntricas. Supongo que el colapso se dio aprovechando fracturas ya originadas en el momento de formación de la cuenca de impacto, es decir, si el suelo tiene que romper por algún sitio lo hará aprovechando fracturas preexistentes.
Al día siguiente, el sábado, la fase lunar me permitió observar uno de los lugares que más ganas tenía de ver desde hacía tiempo: el sistema Reiner Gamma. Este accidente lunar se engloba en lo que se denomina “Lunar Swirls” o remolinos lunares, los cuales son poco comunes pero que aún hoy en día su mecanismo de formación exacto continúa siendo un misterio. Para encontrar esta zona simplemente hay que trazar una línea recta desde el cráter Copérnico hacia el cráter Kepler y doblar esa distancia continuando en la misma dirección marcada por ambos cráteres. Nos encontramos con una zona eminentemente plana en el margen del Oceanus Procellarum. Si nos fijamos nos llamará la atención una pequeña zona de color muy claro que contrasta con el fondo oscuro de la lava solidificada. En la imagen que se muestra a continuación se pueden apreciar los remolinos de color claro característicos de esta formación.
Formación Reiner Gamma
En la fotografía de nuestro compañero Julio se puede ver perfectamente esta formación y sus rasgos más generales:
Localización de Reiner Gamma a partir de los cráteres Copérnico y Kepler.
La característica que hace tan especial a Reiner Gamma es que se ubica en una zona de anomalía magnética lunar. A pesar de que la formación de estos remolinos aún continua siendo un misterio, prácticamente todas las hipótesis más aceptadas, incluida la más moderna expuesta por Mark A. Wieczorek et al en el artículo “An impactor origin for lunar magnetic anomalies” publicado en 2012 en el nº 335 de la revista Science, apunta a que la mayor parte de las anomalías magnéticas que podemos encontrar en la Luna, se deben a la expulsión de materiales extralunares altamente magnéticos procedentes de los proyectiles formados durante el impacto que produjo el mayor y más antiguo cráter de impacto en nuestro satélite: la cuenca de impacto Polo Sur-Aitken, ubicada en la cara oculta de la Luna. De esta manera, los materiales metálicos (asimilables por ejemplo a los que componen el núcleo de la Tierra formado por Fe y Ni) procedentes de un cometa o asteroide de gran tamaño expulsados en el impacto habrían llegado hasta la zona de Reiner Gamma, solapándose posteriormente por otros materiales como las lavas del Oceanus Procellarum. Estos materiales altamente magnéticos harían la función de escudo contra la radiación solar de alta energía impidiendo la maduración del suelo lunar en esta zona, lo cual provocaría las diferencias en el albedo (diferencias claro/oscuro) con el suelo circundante.
Figura extraída del artículo de Mark A. Wieczorek et al (Science nº335, año 2012) que
relaciona las anomalías magnéticas situadas en la cara visible con el impacto que produjo la
cuenca Polo Sur-Aitken en la cara oculta.
En la vista al telescopio llama la atención el anillo elipsoidal de Reiner Gamma y la cola sinuosa que parte de este, lo cual recuerda mucho al aspecto de una serpiente. Estoy seguro de que en una noche muy estable se podrían llegar a observar más estructuras de remolino en las inmediaciones, eso sí aplicando aumentos superiores a 300x. En cualquier caso, observar estas estructuras y pensar en los gigantescos impactos como el de la cuenca Aitken sobrecogen a cualquiera que le eche un poco de imaginación.
En este video realizado por la sonda Kaguya se ve la formación Reiner Gamma en todo su esplendor:
Y para acabar quiero mostrar un video que he encontrado mientras me documentaba un poco para este artículo, que demuestra hasta qué punto puede llegar la estupidez humana a la hora de intentar explicar algo sin basarse en hechos o pruebas científicas. Sinceramente, desconozco si el video se ha hecho a guasa o no, pero no hace gracia pensar que puede tener como intención engañar a la gente:
Sin comentarios…
David Sedano