Observando la Luna: Cráter Clavius (Lunar-9)

Hace unos meses nuestro compañero Julio propuso comenzar un nuevo proyecto: completar el listado Lunar-100. El Lunar-100 consiste en una lista diseñada por Charles Wood, geólogo planetario y geofísico estadounidense, que incluye los 100 fenómenos más espectaculares y peculiares que pueden observarse en nuestro satélite, en orden creciente respecto a su dificultad. Esta lista fue publicada por primera vez en el número del mes de abril de 2004 de la revista Sky&Telescope y desde entonces se ha convertido en una referencia para millones de aficionados a la observación lunar.

Aquí tenéis el listado completo: http://the-moon.wikispaces.com/Lunar+100

Pues bien, seguramente muchos de nosotros ya habremos observado, aún sin querer, gran parte de la lista del Lunar-100, pero no habremos caído en la cuenta del por qué estos accidentes lunares son tan peculiares. Por eso, la idea a partir de ahora es dedicar los artículos de la serie “Observando la Luna” a explicar el origen de estas formaciones o fenómenos para poder observarlos en toda su magnitud. Repasando los artículos redactados hasta ahora veo que hemos completado los siguientes números de la lista:

 

 

Hoy vamos a sumar un nuevo número a la lista de los Lunar-100 observados hablando del cráter Clavius. La noche del 30 de diciembre de 2014 pude despedir el año de forma anticipada organizando una sesión de observación lunar junto con Abraham y Oscar. La verdad es que la noche fue realmente fría (-5 ºC) pero el paisaje nevado y la luz de la Luna daban al ambiente un aspecto espectacular. El equipo utilizado para la observación fue el habitual, refractor acromático de 152 mm a f6. A pesar de que la transparencia esa noche se notaba que era muy buena, fruto de la helada que estaba cayendo, el seeing no lo era tanto en absoluto. Al comienzo de la observación recuerdo comentar con Oscar y Abraham que el seeing prometía, pero a medida que avanzaba la noche fue empeorando progresivamente pudiendo establecer un seeing promedio de 2-3 en una escala del 1 al 5. En estas condiciones no podía meterle mucha caña al telescopio y el máximo aumento que me permitía tener una imagen más o menos decente lo conseguía con el ocular Televue Radian de 6 mm que me da 150x. Con esta escala de imagen me propuse observar y dibujar un accidente del Lunar-100 que tuviese gran envergadura y, teniendo en cuenta la fase lunar (luna de 8 días), me decanté por el cráter Clavius (Lunar-9).

En las siguientes imágenes podéis ver ejemplos de fotografías de este cráter, tomadas por los compañeros de LaOtraMitad, como por ejemplo la realizada por Mikel Martínez:

 

 

 

O esta otra de Julio Corredera:

 

 

Se trata de un gran y antiguo cráter, con un diámetro de 225 km, situado muy al sur en las tierras altas lunares. Su situación tan meridional hace que lo veamos de forma oblicua y por tanto la impresión general es que no es un cráter tan grande, pero realmente es inmenso. De hecho el aspecto por el cual fue incluido en el listado Lunar-100 es la ausencia de características de cuenca de impacto a pesar de su tamaño (paredes poco prominentes respecto al entorno, ausencia de depósitos de lava en su interior, etc). En un primer vistazo Clavius destaca entre todos los cráteres en esta zona de la Luna, aunque he de reconocer que Tycho que se encuentra cerca, le quita bastante protagonismo. Lo que más me llamó la atención en el momento de la observación es el juego de sombras que forman las paredes del borde sureste de Clavius las cuales parecen mordiscos en el límite de cráter. El borde se ve interrumpido por dos cráteres bien definidos: Porter y Rutherfurd. Desde este último comienza una serie de cuatro cráteres en arco que se prolongan hacia el interior de Clavius y que se denominan mediante los nombres Clavius-D, C, N y J. La pared occidental de Clavius, iluminada por el Sol se muestra imponente, no en vano alcanza los 3.000 m de desnivel respecto al fondo del cráter, pero es que la pared opuesta, la que se encontraba en sombra y comentaba anteriormente, es aún mayor: 4.000 m!!!! En la siguiente figura podéis ver un perfil topográfico de Clavius. Se ha obtenido en una aplicación GIS-web muy útil para los observadores lunares que tiene muchísima información de todo tipo: http://target.lroc.asu.edu/q3/

 

 

Viendo el espectáculo que ofrecía Clavius a pesar de ser una noche tan desfavorable de seeing, me propuse hacer un dibujo para ilustrar este artículo:

 

 

Tal y como señalaba anteriormente, me llamó mucho la atención la forma de mordiscos que presentaba el borde sureste de Clavius (arriba en el dibujo). Este tipo de estructuras cóncavo-convexas en zonas de escarpe habitualmente están relacionadas con deslizamientos gravitacionales o fallas. Pues bien, una vez consultado el correspondiente mapa geológico lunar (incluso lo podéis visualizar directamente en Google Earth a través de su aplicación lunar), efectivamente se comprueba que han ocurrido fenómenos de deslizamientos de roca en esta zona de Clavius:

 

 

Hay que entender que Clavius es un cráter muy antiguo, del período Nectárico (entre 3.800 y 3.850 millones de años) y por tanto “ha sufrido mucho”. De hecho su gran tamaño denota su antigüedad, puesto que los impactos en los primeros tiempos del sistema solar eran colosales. Sin embargo sus paredes poco a poco se han ido desmoronando por el paso del tiempo y los numerosos impactos, entre ellos destaca el que originó el cráter Rutherfurd (en rosa en el mapa geológico). Se trata de un cráter muy moderno respecto a los materiales del entorno, de la edad de Tycho o Copérnico (periodo Compernicano: 0-1.100 millones de años) y, como éstos, muestra todo un sistema de rayos o “eyecta” que se prolongan incluso hacia el interior de Clavius y que pueden observarse como irregularidades de aspecto lineal mediante telescopios de cierto diámetro.

En la web que comentaba antes se puede visualizar un mapa que me ha llamado mucho la atención puesto que refleja de una manera clara la composición y edad relativa de los materiales que se observan en Clavius y sus alrededores. Se trata del mapa de temperatura nocturna del suelo lunar. Tal y como puede verse en la figura siguiente, la única zona que alcanza temperaturas en torno a 30 ºK (ojo, que son -243 ºC) es la zona del cráter Rutherfurd debido a que su suelo es tan moderno que aún está formado por roca y no mayoritariamente por regolito (roca alterada) como es el caso de Clavius, lo que hace que guarde mejor el calor acumulado durante las horas de sol (este fenómeno recibe el nombre de inercia térmica).

 

 

Finalmente centramos nuestra atención, como tantas veces, en el cráter Copérnico. Fue la imagen más espectacular que recuerdo de la luna esa noche puesto que se encontraba asomando de entre las sombras del terminador al comienzo de la observación y completamente iluminado al finalizarla: sencillamente te deja sin palabras!!!

David Sedano