NOCHE DE OBSERVACIÓN (6-9-2016)

Esta última noche Julio, Txus y yo hemos sacado los trastos a pasear aprovechando que a última hora de la tarde se quedó un cielo completamente despejado. Yo llegué a nuestro lugar habitual de observación en Korres (Araba) todavía de día para poder montar todo con paciencia y disfrutar con calma del anochecer. Mientras Txus se dedicaba a hacer pruebas con su equipo, Julio y yo nos metimos una buena sesión de observación visual con su Canon haciéndonos un time-lapse.

En esta ocasión me llevé el refractor de 6” para poder disfrutar de los grandes campos en la Via Láctea. Para empezar nos dirigimos a la pareja de nebulosas Laguna (M-8)-Trífida (M-20). La visión con el Meade UWA de 24 mm es muy bonita permitiendo encajar ambos objetos prácticamente en el mismo campo. Aprovechamos que tenía instalada la rueda portafiltros en la diagonal para observar estas nebulosas tanto con un filtro NPB como con un O-III. En el caso de M-8 el NPB aumenta la nebulosa de forma considerable, tanto que cuesta volver a la vista sin filtro. Por su parte M-20 también muestra una mejoría clara con ambos filtros, si bien el O-III la apaga un poco en comparación con el NPB, por otro lado lo compensa mostrando mejor las secciones oscuras de la nebulosa, curioso efecto.

Todas las imágenes han sido realizadas por miembros del grupo

El siguiente objeto es uno de mis preferidos, la nebulosa M-17. Ya sin filtro es espectacular con el ocular ES 14 mm (82º), pero es que una vez metes el NPB aparece nebulosidad por todo su contorno! Una visión muy bonita. De aquí, por sugerencia de Julio, pasamos a M-24. Es un objeto al que nunca le había dado mucha importancia por lo disperso que es, pero Julio conocía la existencia de un par de nebulosas oscuras que se encuentran en su interior. Efectivamente, estuvimos observando este campo con el binoview y un par de oculares de 23 mm, y ahí estaban los dos penachos oscuros en mitad de M-24. Fue una visión que me encantó. Se trata de las nebulosas oscuras Barnard B-92 y B-93. Tal y como me había adelantado Julio, B-92 es un manchurrón oscuro sobre el que se superpone una débil estrella que aparenta estar aislada del resto, muy bonito!

De ahí pasamos a observar los cúmulos globulares M-22 y M-13. M-22 estaba ya muy bajo y pasamos enseguida a M-13 en el que nos entretuvimos un buen rato buscando la galaxia NGC-6207 (mag 11.7). Tenía puesto el binoview y me estaba costando encontrarla, a pesar de haberla visto otras veces. Echando mano del SkySafari al final apareció como un borroncillo difuso y me pude quitar esa espinita.

La noche era realmente agradable, con una temperatura como para estar a gusto con una simple sudadera y muy poca humedad, cosa muy rara por estas tierras… De vez en cuando echaba un vistazo al cielo sin telescopio y pude ver dos estrellas fugaces, una brillante al norte cerca del horizonte (posible e-perseida de septiembre) y otra más débil pero que duró más tiempo, cercana al horizonte suroeste (posible acuárida).

El siguiente objeto fue la galaxia NGC-7476, situada muy cerca de la estrella Markab (alfa Pegasi). Se trata de una espiral barrada recogida también en el catálogo Cadwell con el número C-44 y magnitud 11,6. Tenía en mente la observación que hice hace un par de semanas con el mak de 180 mm, en la que pude vislumbrar ligeramente la estructura de este objeto como si fuera una S mal delineada, y pensé que el refractor mejoraría esta visión puesto que se supone que los mak no son ideales para objetos de cielo profundo, pero me equivocaba, la imagen que me dio el mak superó en mucho la del refractor en este caso. La verdad es que tiene que ser un espectáculo con aperturas grandes…

De este objeto difuso y difícil pasamos a los velos y encajes (NGC6992-6995) para desquitarnos un poco con algo más espectacular, y ya lo creo que lo es! Tanto con el Panoptic de 35 mm para su visión general, como con el ES de 14 mm para captar los detalles, estas nebulosas no dejan indiferente a nadie, eso sí, observadas a través del filtro NPB. Estuve haciendo pruebas intercambiando este filtro y el O-III, y el NPB salió ganador, aunque he de decir que también me pareció interesante como el O-III conservaba algunas estructuras y escondía por completo otras que eran claramente visibles con el NPB, todo ello supongo que será función de la longitud de onda que emita cada zona de la nebulosa…Un aspecto que merece la pena mencionar es que ayer volví a comprobar que, a pesar de la creencia generalizada de mucha gente, estas nebulosas se pueden observar sin el uso de filtros. Está claro que ayudan mucho, pero al quitar y poner los filtros, eran claramente visibles algunos trazos en la vista “al natural”, sobre todo en el caso de los encajes, y eso que nuestro lugar de observación no se caracteriza por tener un cielo “pata negra”.

Después de deleitarnos un buen rato con estas nebulosas, pasamos a la Norteamérica y el Pelícano para que Julio las observara por primera vez en visual con el NPB y el Panoptic de 35 mm, y a juzgar por sus palabras creo que no le defraudó…

Y ya para acabar hicimos un paseo rápido utilizando el binoview y los oculares de 23 mm por varios objetos: nebulosas oscuras B-142 y B-143 (E del Águila), M-27, M-31/M-32/M-110, el fantasma de Mirach (galaxia NGC404), NGC-457 (este cúmulo le he visto con varias denominaciones: ET, Owl, Libélula y la que propone Julio, “Robot del niño chico”) y finalmente NGC-457 (La rosa blanca de Carolina).
Y después de este empacho de objetos de cielo profundo tuve que recoger pronto todo el tinglado a la 01:30 h de la mañana porque al día siguiente tocaba madrugar, pero ese madrugón ya se lleva de otra manera y con otro ánimo…

David Sedano