Todavía de vez en cuando oigo cantar a mi padre las canciones de Carlos Gardel, y a mi madre riéndose del acento argentino que pone. Y como dice la canción… 20 años no es nada. Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que vi Saturno por un telescopio, gracias a mi amigo Txus, the hunter. Me cambió la vida. Como digo lo recuerdo como si fuera ayer y “sólo” han pasado 20 años.
Hace “sólo” 20 años, la afición de la astronomía era una mezcla de pura pasión y penurias. Para poder hacer una foto decente, con un equipo típico, tenías que tener mucha habilidad y una suerte del recopón… contando con que los que revelaban las fotos también tuvieran un buen día (en analógico, por supuesto)… sí, eso de comprar un carrete, hacer las fotos que tuviera el carrete, terminarlo, pagar un pastizal llevándolo a revelar, y comerte las uñas a ver qué había salido.
Hoy, yendo a trabajar se me ha alegrado la noche viendo la preciosa conjunción de la Luna y Júpiter. Claaaaaaro, Júpiter está en oposición (por lo que sale justo cuando se pone el sol) y hay luna llena (que siempre está en oposición), y he caído en la cuenta de que esto sólo puede pasar una vez al año. Pues de camino al tajo he mandado un güasap al grupo a ver si alguien podría inmortalizar el momento. Casi al instante nuestro compañero Roberto Galcerán ha mandado la foto.
Y unos minutos más tarde nuestro amigo Roberto García (nuestro jardinero galáctico) ha mandado la suya de Júpiter hecha ayer con el móvil desde su observatorio… con el móvil.
Una poco más tarde, Mikel Martínez envió la suya realizada con un teleobjetivo de 70 mm.
Miro a través de la ventana y sigo viendo la preciosidad de conjunción. Mis emociones al contemplarla siguen siendo las mismas que hace 20 años, pero querido Gardel…¿20 años no es nada?
Julio