Como viene siendo habitual, estos últimos años quedamos Cedric y yo en su observatorio. Y como siempre que nos quedamos solos ya tenemos planificados los días… para comer salchichas y el resto del tiempo, o nos dedicamos al hidrógeno o estamos durmiendo (poco).
Como siempre hay algo que hacer no paramos ni un momento. O bien haciendo cables disparadores, baterías “eternas” para nuestras cámaras, o planchas de luz para quitar los flats… la verdad es que hacemos un buen equipo; él se encarga de hacerlo todo ,y yo lo fotografío y de vez en cuando sujeto las piezas
Estoy convencido que no aprendo tanto a lo largo de todo el año como en esos 5 o 6 días. La compañía de Cedric supone un estímulo tanto astronómico como personal.
Gracias por todo Cedric.
Julio Corredera